-¿Vive aquí en serio?- dejé de leer el periódico.
-Duermo aquí- tocó el banco con la palma de la mano-. Pero vivir... vivo en todas partes. Soy libre.
-¿Por qué?
-Porque es el mejor banco del parque, no tiene corrientes de aire, le protege este árbol...
-No, digo que por qué dice que es libre.
-¿Tengo aspecto de estar atado a algo, hijo?
-No
-Pues entonces.
-¿Y qué hace?
-Lo que hace todas las personas libres: vivo.
-Ya, pero...
-No te dejes influir por el aspecto -su voz era densa, oscura, con un algo cavernoso-. Esto que ves no es suciedad, es la pátina de esa vida, que se me queda pegada a la ropa después de absorber lo que necesito. Lo malo se queda fuera. La ropa es un filtro.
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