Las maletas son nuestras compañeras en este viaje que es la vida pero, ¿y si fuera al revés? ¿Y si en realidad fuéramos nosotros los acompañantes de la maleta? ¿Y si fuéramos nosotros los que estamos cargados de por si acasos y los que tardamos en realizarnos exactamente el tiempo que tengamos para hacerlo? ¿Y si en realidad nosotros somos la maleta de la maleta y resulta que todo esto es un sueño? Pues entonces, cuando llegue el día del último viaje y esté al partir la aeronave que nunca ha de tornar, me encontraréis abordo ligero de equipaje, sin cortauñas, listo para facturar.
~Luis Piedrahita.
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