Supongo que la vida es así. Das un paso, tropiezas con un problema, lo resuelves, pero entonces se te abren dos caminos y has de decidir por cuál seguir. Tomas uno, y otro, y otro más, mientras vas resolviendo problemas o escogiendo alternativas, hasta que te encuentras una piedra maravillosa, te la pones en el bolsillo y sigues andando. Entonces descubres que vas más despacio porque la piedra pesa y te ralentiza. Te gusta la piedra, pero te impide avanzar. Si la tiras irás más rápido, pero ya no gozarás de ella. Has de decidir. Y hagas lo que hagas, lo lamentarás.
No podrás seguir siendo la misma, porque ya has visto la piedra y sabes que no puedes detenerte. O ella o el camino al mismo ritmo que antes. Así que la vida también es elección, una toma de decisiones constante, y una prueba a cada paso. Ningún día está exento de ellas. La mayoría de las veces la prueba es sencilla, qué a me pongo hoy o qué programa de tele me veo. Pero cuando surge un verdadero dilema...
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