sábado, 16 de febrero de 2013
Querido John.
Tengo miedo de que llegue un momento en que tú no sientas lo mismo, de que te olvides de lo que hemos pasado juntos, así que te propongo un juego: estés donde estés, y sin importar qué pase en tu vida, la primera noche de luna llena de cada mes (igual que la que brillaba en el firmamento el primer día que nos conocimos) quiero que la busques en el cielo nocturno. Quiero que pienses en mí y en la semana que hemos compartido porque, esté donde esté, y sin importar lo que pase en mi vida, eso será exactamente lo que estaré haciendo. Si no podemos estar juntos, al menos podemos compartir ese momento y quizás entre los dos consigamos hacer que este sentimiento perdure para siempre.
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