miércoles, 18 de diciembre de 2013

Jamás juegues con los sentimientos de una persona solo porque no sabes que hacer con los tuyos.

-¿Te puedo pedir una cosa?
-Sí, dime.
-No te acostumbres a mí.
-¿Cómo así?
-Que no te acostumbres a mí, ni a mi risa, ni a mi hiperactividad, a mi olor, ni a mis risas atemporales, ni a mis besos. No te acostumbres a que me cuentes tus cosas ni que te escuche con atención. No te acostumbres a cómo te miro o te dejo de mirar, ni te acostumbres ni a mi rabia ni a mis celos irracionales, ni a reírte de las cosas que te digo.
-¿Y eso a qué viene?
-A nada, simplemente que algún día me cansaré y me iré y echarás de menos esas cosas a las que estás ahora acostumbrado y no valoras.

sábado, 18 de mayo de 2013

Queridas pestañas, céntimos, estrellas fugaces y velas de cumpleaños:

Es hora de hacer vuestro trabajo.

miércoles, 1 de mayo de 2013

nw, nb.

+Algo que pasa instantáneamente, te atraviesa como el agua de un río después de una tormenta llenándote y dejándote vacío todo al mismo tiempo. Lo sientes a través de todo tu cuerpo, en tus manos, en tu corazón.. en tu estómago en tu piel. ¿Te has sentido de esa manera por alguien?
-Creo que sí.
+Si tienes que pensarlo, no lo has sentido.
-¿Estás totalmente seguro de que lo encontrarás?
+Sí, lo que nadie sabe es cuando ni donde.

sábado, 16 de febrero de 2013

Querido John.

Tengo miedo de que llegue un momento en que tú no sientas lo mismo, de que te olvides de lo que hemos pasado juntos, así que te propongo un juego: estés donde estés, y sin importar qué pase en tu vida, la primera noche de luna llena de cada mes (igual que la que brillaba en el firmamento el primer día que nos conocimos) quiero que la busques en el cielo nocturno. Quiero que pienses en mí y en la semana que hemos compartido porque, esté donde esté, y sin importar lo que pase en mi vida, eso será exactamente lo que estaré haciendo. Si no podemos estar juntos, al menos podemos compartir ese momento y quizás entre los dos consigamos hacer que este sentimiento perdure para siempre.

martes, 1 de enero de 2013

Era una noche oscura. 
Media noche.
Ignorábamos ambos el valor de cada sonrisa, derrochábamos pues miradas irremplazables.