sábado, 26 de noviembre de 2011

Tus ojos verdes de ciencia ficción.

Ojalá que suba la marea hasta tu pelo, que caiga nuestra por el suelo en alguna pensión, para no poner muy alto el listón del deseo. Ojalá que no tenga que salir a buscarte, que no llegues tarde a la cita, que sea yo en quien pienses cada noche cuando al acostarte, te tocas y te excitas. Ojalá que te encuentre en la fiesta del barrio, que la orquesta guíe nuestros pasos, que nos sorprendan el sol y el barrendero, borrachos bailando. Ojalá que vengan tiempos mejores, que me pongas los cuernos de la luna, que beba entre tus piernas los licores que guardas para noches especiales, que esta canción de cuna por fin cure mis males. Ojala que no quieras quedarte y tengas prisa, que nos entre la risa al despedirnos y no me ponga tonta, en fin, que no quede ridículo ser nosotros mismos. Ojalá que te encuentra perdido en los bares, que la ciudad sea uno de esos lugares donde vale la pena cumplir la dulce condena de estar vivos.

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